Se
tú mismo.
Esa
es la mejor arma que puedes tener.
Hay
ocasiones en las que tienes que tomar una decisión, llevar a cabo una acción.
Puede que después te arrepientas de ello, de lo que has hecho, pero párate a
pensar. En ese momento fuiste tú mismo, hiciste lo que creíste correcto.
No
te arrepientas de ello, piensa que te has sido fiel, que te has regido por tus
principios. De este modo siempre podrás ir con la cabeza bien alta sabiendo que
te respetas a ti como persona y que tienes unos valores por los que luchar y
seguir adelante.
Se
tú mismo y no cambies por nadie, porque quien te hace cambiar realmente no te
merece.